El Clásico del Bajío se acerca y de inmediato surgen las ciber-discusiones en las cuales yo, un fresero de hueso colorado, no estoy dispuesto a participar.
Es cierto, este partido es el más trascendente en el torneo, es más, me atrevo a decir que es la final de la fase regular de la competencia; perder el Clásico es perder media temporada, perder el Clásico solo se puede compensar con el titulo.
Para la más reciente generación de hinchas del equipo azulgrana, el celebrar aquel 4-0 de hace un año o haberlos echado de la Liguilla en su propia cancha debe quedar atrás pues cada Clásico es distinto y hablar de mas al final, puede pesar.
Los freseros hoy por hoy tenemos un cuadro que tiene tintes de protagonista aun a pesar de que hay quien los demerita diciendo que ha enfrentado a equipos grises, equipos grises que contra la Trinca tienen su oportunidad de figurar, lo cual hace mas difícil el partido; los verdes, por su parte, tienen puesta toda su esperanza en los refuerzos salvadoreños que brillaron contra México en la eliminatoria, así que cuidado, pues los centroamericanos se agrandan en los partidos importantes.
En cuanto a las aficiones, a nosotros nos tienen con la zozobra de saber si nos permitirán viajar en gran cantidad, pues esta claro que la invasión fresera tiene preocupada tanto a las directivas como a las dependencias de Gobierno encargadas de la seguridad. Independientemente de eso, pocos o muchos, pero ahí estaremos.
Los de casa seguramente van a hacer una gran entrada pues los factores que se mezclan son por demás atractivos: horario nocturno, una gran estrategia deportiva y sobretodo, son equipos con una eterna rivalidad.
El plato está servido, sin duda, pero no hay que olvidarnos de una cosa, primero hay que jugar contra los Pumas Morelos…
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