viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Localistas?, ¿Miedosos?, ¿Sobre protectores?

Agrégueles el adjetivo calificativo que usted quiera, al final de cuentas el resultado fue el mismo... y si, el mismo, porque sin importar todos los obstáculos que surgieron, una vez más los opacamos...

Y es que a pesar de que durante el transcurso de la semana, de una u otra manera la mayoría de la afición fresera se hizo de boletos para el Clásico, la respuesta de la gente sobrepaso los esfuerzos que hicimos porque todos viajaran con boleto asegurado y aun así, la afición decidió aventurarse y apoyar al Club…

Los irapuatenses que llegaron temprano, alcanzaron; los de León, también; los únicos que no tuvieron lugar en el estadio verde fueron los que llegaron en autobús y con playera de la Trinca, pues en taquilla les empezaron a argumentar desperfectos en la impresora, caídas del sistema y hasta inventar que el estadio estaba completamente lleno…

Imagínese, ¿Que habría pasado si es que los más de doscientos aficionados que nos quedamos afuera cantando y gritando en pro de los Freseros, nos hubiéramos unido a los miles que ya estaban en el campo nuevo? Indudablemente habríamos sido todavía más locales de lo que solemos ser en ese lugar…

Fue triste, la verdad, pero definitivamente, la piel se nos puso chinita cuando los azulgrana que si entraron al partido salieron y nosotros los recibimos con un soberbio aplauso, pues ellos esta vez fueron los que con mucho orgullo sacaron la cara por nosotros, por el equipo y hasta por la ciudad…

Desde aquí, mis más sinceras disculpas a aquellos que al igual que yo, alentaron al equipo en la oscuridad de la noche con la esperanza de entrar al partido, pues no fue cosa de nosotros, fue cosa de los que se decían locales…

Gracias Trinca Fresera, gracias afición...

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