viernes, 31 de julio de 2009

¡Soy un niño especial!

Durante el transcurso de la semana fue notoria la ausencia de nuevas entradas, esto debido a que estuve en Guanajuato Capital, donde de sobra está decir que no tengo internet en casa (soy pobre, déme).

La razón de que yo me haya ido a la capital del Estado es que recibí algunas invitaciones por parte de Misa, Lalo y Paul Alejandro de ir a entrenar con el ya legendario "Calabazón", es decir, el DT de las "Abejas" de futbol rápido, equipo que representa a la Universidad de Guanajuato en dicha disciplina.

Al principio dudé, pues sabía que mi rendimiento físico deja mucho que desear desde hace varios añitos en los que dejé de entrenar para convertirme en un aficionado únicamente, pero como ya lo mencioné en otra ocasión, en mi pequeña cabeza no hay lugar para el miedo en la cancha y acepté.

Llegué el lunes a las instalaciones de Noria Alta y el calor pegaba bastante duro, lo cual era un elemento que significaba mayor esfuerzo físico, tal como el empastado, que estaba bastante alto (entre más alto esta el pasto, es más pesado correr).

El profe nos saludó y mientras lo hacía, recordé aquel título que obtuvieron en mi querido Irapuato, título que les significará ir a competir en un torneo nacional en la ciudad de Cuernavaca (ese día, los hinchas freseros y que además tenemos el orgullo de ser abejas estuvimos echando porras en el mítico "Fresygol" para después convivir un rato con los jugadores).

Ya pasadas las formalidades, el DT nos puso a caminar y luego a correr. Honestamente pensé que "moriría" pronto, pero haber estado yendo a jugar con los "Ramoncitos" al parque me mantuvo en un nivel aceptable, nivel que me dió la categoría de "niño especial".

Tal como en las escuelas primarias cuando hay ciertos niños que no avanzan a la par de los demás, a nosotros también nos pusieron a hacer ejercicios especiales. Cabe aclarar que en la categoría de especiales estábamos Lalo, Juan, Chuché, Johny, Paul y "miguelito", pues mientras los más avanzados seguían corriendo alrededor de la cancha como caballos, nosotros estabamos esquivando conitos y haciendo ejercicios de cintura (ea, que se cuiden las rumberas del Tropicana jajaja).

Esa fue la tónica de toda la semana, primero, un duro trabajo físico con ejercicios especiales para niños especiales y luego, la cáscara, donde me sentí bien de mi muñeca, muñeca que semanas atrás entrenando con ellos mismos, me lesioné.

Hablando de lesiones, el martes salí "tocado" de mi pierna izquierda pues como llegué temprano al entrenamiento, me puse con Lalo a mandar pases en toda la cancha. Debo reconocer que mi técnica es buena, lamentablemente el balón no estaba en las mejores condiciones y eso me generó mucha molestía en el empeine, ya ni por que traía los "Reebok" super especiales para césped jajaja.

Bueno, pa' ya no hacerles el cuento largo, el profe quedó tan satisfecho de nuestro accionar en el campo, que nos invitó a seguir yendo, invitación que yo gustoso aceptaré, pues benditos sean...


¡The Calaba-boys Soccer Team!

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